lunes, 29 de diciembre de 2008

FELIZ NAVIDAD...


Familias de paso que de repente dejan de serlo, Amigos prestados que con el tiempo ya son de una, ya son familia.
Tengo familia nueva y me gusta. Dejar de ser ajena dentro de la otra sangre.
No compartimos el factor RH pero sí todo el resto. Y es así que uno forma parte de otro globo humano y se amplía.
Reconozco que me cuesta sentir la pertenencia, necesite de muchos días, diría meses hasta encontrar “mi lugar” en esta casa.
Recuerdo que hasta del amor materno desconfiaba… (hasta que Alma vino a convertirme en mamá)
Cómo se sostienen los vínculos?
Quién les da de comer?
Qué compañías los aseguran?
No había caso, los vínculos (eslabones primarios de nuestra humanidad) no eran mi fuerte.

Navidad. Familia de la otra que se transforma en la de una.
Regalos.
Yo tuve el mío. Tamaño infinito. Invaluable. De colores. Simpático. Soltero y sin apuro. Amoroso. Con la forma que yo necesitaba y eterno.

Me regalaron un vínculo.
Me regalaron un vínculo hermoso que me sacó de un plumazo y para siempre de mi ateísmo afectivo. Y le regalaron a mi hija una tarde maravillosa, rodeada de amiguitos, pileta y mucho sol.
Los vínculos existen y suceden.

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