jueves, 11 de junio de 2009

FINALDELBLOG

La fatiga, la pereza. Me levanté todos estos días sin ganas de escribir, indecisa sobre el futuro de estas anotaciones. Ya no quiero escribir más. Empezar este camino con Marcelo, hizo que se acaben las tentativas de deseo, la promiscuidad adolescente, la excitación de caminar a cielo abierto sin saber qué me aguardaba diez pasos más allá.
Estoy pensando en anotar minuciosamente las delicias de la vida familiar, pero sencillamente no tengo ganas, quizá temo que la pequeña rutina de lo cotidiano debe despertar mucho menos interés que las correrías sexuales de una mujer sola en la vida, aunque la vida se parezca casi siempre más a una sucesión de repeticiones que a una sorpresa infinita.
Vimos películas, seguimos escuchando discos, salimos de vacaciones, merendado en la cama, vimos un par de recitales. Caminé en puntas de pie cuidando cada palabra para que no traiga el eco lejano de un desencuentro, rozándonos como el primer día, compartiendo silencios largos mientras tomamos café o mate. ¿Alguien querrá espiar este retrato de la intimidad familiar? ¿A alguien resultará atractiva la historia privada de una vida sosegada de una mujer de familia?
Esta mañana me levanté con esas preguntas rondando en mi cabeza. Llevé a mi hija al jardín, escuché algunas palabras de la maestra, me demoré en un supermercado chino buscando galletitas para el desayuno. Curioso: los miedos (todos ellos, con sus cuerpos formidables y su potencia sexual) habían desaparecido de mi vista. Recibí un mensaje de texto de Marcelo: Gracias por tanto amor.
Releo el blog a solas, con el murmullo de Papo ronroneando en mis oídos. Todo parece haber sucedido hace mucho tiempo, entreveo los hechos a través de una bruma. Más lejos, detrás de una niebla espesa. El presente es este, mi vida familiar junto al único hombre que he amado de verdad.
De todos los hombres que he tenido en mi cama, o que me han poseído en la suya, con ninguno alcancé el estado de gracia sexual que tantas veces compartí con Marcelo.
Fuimos amigos entrañables en el recuerdo, pero un día, cuando un reencuentro estaba en su punto culminante, bebimos demasiado y empezamos a besarnos como dos desconocidos. Hicimos el amor esa misma noche, casi sin darme cuenta, llevándome por la fiebre del momento, después de haber hablado la noche entera. No recuerdo detalles, pero sí la perplejidad que me sorprendió a la mañana siguiente, cuando en el desayuno, todavía con la resaca encima, los dos amigos de siempre nos encontramos frente a frente.
Desayunamos, mudos e introspectivos, procuraba comprender qué había sucedido entre nosotros, que calentura me había arrojado a la hoguera del deseo, y sobre todo interrogándome sobre qué sería de los dos en el futuro.
Me enamoré de él a las 11 de la mañana.
Desde entonces aprendí a amar su cuerpo, a recorrerlo con curiosidad y apasionamiento, a desear seguir juntos apenas habíamos acabado nuestro encuentro amoroso, una hondura que no comprendía del todo, conmovida como estaba, fatigada y pensando ya en la noche siguiente durante el día, en el roce de pies y manos apenas nos encontráramos en la cama, ese modo de buscar calor primero, de acercar los cuerpos expectantes con apenas una caricia fugaz e interrogante, para luego entregarnos nuevamente a los arrebatos del erotismo más ardoroso.
Sucede así, una y mil veces, siempre un encuentro nuevo y sin embargo tan familiar, siempre el ansia de ser sorprendidos y también el deseo de reconocer el mismo cuerpo y hundirse en él como la noche anterior, mordiendo otra vez las mismas regiones, hurgando sus mismas concavidades, reconociendo sus vibraciones más imperceptibles. El mismo rito, y sin embargo siempre distinto.
Me preguntaba hace un tiempo, por qué razones un hombre decide elegir a una mujer para, en ese mismo acto apartar de su vida a todas las demás. Hoy creo haber encontrado la respuesta: ellas nunca desaparecen, viven en la mujer que aman; un te quiero deja a las ninfas sin morada.
No escribo más। No miro hacia atrás. Quizás prefiero mirar el futuro.

domingo, 8 de febrero de 2009

Mi NO fin de semana en José Ignacio

El jueves pasada la mañana recibí un sobre a mi nombre de Buquebus con pasaje ida y vuelta a Montevideo. Gran incognita.! Hasta q llamó M, dijo que alquiló una casa en José Ignacio, q me invitaba, q vaya, q iban unos amigos también, q la idea era pasarla bien.
Y después de consultarlo con cuanta amiga/o me crucé en el msn, me decidí. Llegué a mi casa y preparé el bolso con algunas cosas, era mi fin de semana libre, así q podía hacer lo q quería…
El sábado bien temprano partía mi ferry, me subí, miré buenos aires desde el río y… Me bajé.
No pude.

miércoles, 4 de febrero de 2009

ESTAMOS DEL ORTO… SI, SI LOS HUMANOS… TODOS Y VOS TAMBIÉN!!!

Basta de peros, de mañas, de nuncas, de nadas, de ser impuntual con las historias sencillas y con los abrazos que siempre estarán. Cuando me encuentran mis vergüenzas in-fraganti, cuando me encierro con mis miedos bajo llave…
Basta de charlas berretas o mensajes absurdos por celular.
Basta de mariconearse por lo que no llega, por lo que no va a venir”

lunes, 2 de febrero de 2009

TERAPIA DE APUROS

-Tranquilízate, y despues contame.
- Lo de siempre, lo que ya sabes: estoy digiriendo la separación después de casi 10 años de matrimonio, estoy decidiendo mudarme, ya no soporto el título de amante, estoy recreando la relación con mis padres y organizando el cumpleaños número 5 de mi hija, con murga incluida.
Lo digo de corrido, a modo de inventario, estallando en lágrimas como nunca antes me había sucedido.
Olga me observa, y no dice nada todavía. Estallamos en risas, risas frescas, atolondradas, estridentes, risas escandalosas...
De la sensación de euforia y libertad individual a la pesadumbre de la soledad y el hastío. Al miedo. Rodeada de situaciones difíciles,
"Me dijiste hace poco que deseabas ser una asesina. Sélo, entonces: sólo debes decidir qué es lo que quieres matar “ No era literal, claro.

jueves, 29 de enero de 2009

PUFF !

MT está enfermo con una peste virósica de esas que te agarran o te agarran, así que seguramente no voy a verlo por un tiempo. Como mucho llegaremos a mensajearnos lo que queda de la semana. Me había hecho a la idea de hacer algo con él, no digo un súper fin de semana, porque eso ya sabemos q no se puede, “Sr. Casado” y “fin de semana” no son compatibles. Mis amigas, las que no están viajando con sus familias o maridos, o novios o amantes, están programando próximas vacaciones o huyendo de la ciudad el fin de semana. Este viernes me agarra 100 % desprogramada, tanto que ni le puedo agarrar el gustito al viernes que siempre disfruto tanto…
Hay días en los q se agradece q la ciudad este vacía y q todo parezca más cerca, viajar en bondi sentada o que el subte tarde 10 minutos a plaza de mayo, pero hay otros en los que parece una ciudad fantasma, como hoy. Buenos Aires en ruinas, sola, aburrida y con calor yendo al cumpleaños número 60 de madre.

sábado, 24 de enero de 2009

SÁBADO DE COMPRAS

Día de compras en el shopping de zona norte, fuimos con amigueta Vero, llegamos pasado el mediodía y nos quedamos tipo hasta las 8 de la noche, hicimos compras, muchas, en esta época e liquidaciones comprar es una ganga! Y como lo disfrutamos!! Sentirnos mujeres de Rockefeller al menos por un día… me llena de…. Una frívola FELICIDAD!! Es indescriptible al sensación que produce en mi acumular bolsas de todos los colores y tamaños. Por suerte, y para mi salud mental, esta experiencia, puedo repetirla no más de dos o tres veces al año.
La mejor compra: una remera, musculosa, apretadiiiiiiisima… con la siguiente leyenda “Di vuelta la página” ¿..? Je! Me gustó, me lo creí por un rato y estoy chocha con la remerita nueva. Captarán la onda?

jueves, 22 de enero de 2009

SEÑALES (item 1)

Si un ex novio te llama después de un tiempo, a las diez de la mañana a la oficina, para preguntar como estas, es que te quiere dar. También puede ser un buen samaritano, pero lo mas seguro es que te quiere dar.
Y yo…………. No, no, no. Dije renovación, no reciclaje!!!

RITUALES DE VERANO PORTEÑO

Anoche viendo que el calor no apaciguaba, nos subimos a la terraza con las chicas (mi vecina Eli y la del quinto D), dándole uso al tan práctico baby call que me prestó la última, pude dejar a la pequeña durmiendo y relajar un rato, subimos cada una con su sillita y algo tentador para beber, yo ofrecí vodka con naranja y hielo. Encontramos en la terraza un lugar bastante piola que supongo vamos a hacer nuestro lugar por lo que queda del verano. Antes que nosotras ya había dos tipos que no pararon de mirar desde que llegamos, al rato estuvieron de lo más bien en el approach, contaron que se mudaron esta semana y terminamos juntando las sillas y hablando hasta las 2 de la mañana de cualquier cosa y riéndonos a carcajadas. Hasta Que Elsa P a los gritos por el balcón nos pidió silencio…. Y tenía razónLos amigos nos dejaron sus mail y se llevaron los nuestros y el sábado a la noche seguramente hagamos algo con ellos también.
Venimos repuntando… venimos repuntando...

domingo, 18 de enero de 2009

El tiempo de las cosas

Por qué será que las cosas tienen un tiempo?
Y si hiciéramos el intento de esperar a que simplemente suceda?
A veces, torcer el tiempo de las cosas, es torcerlo todo.
Macerar es la clave. Hacer la plancha. Fluir. O una pausa antes de volver a pestañar.
Tengo capas y capas de ganas de enamorarme y ser correspondida. Pero el amor anda en baja. O somos demasiadas personas en el mundo? O está de moda incendiar etapas, o los humanos vemos cosas donde no las hay. O las inventamos con tal de llegar más rápido, o no las vemos donde si las hay. O las inventamos con tal de llegar más rápido a un lugar que encima no conocemos.
Lo único que yo quiero es encontrar el amor. El verdadero, no el que ando buscando. El auténtico.
M (que no es MT) pasó a buscarme a las 10 de la noche.
Dimos algunas vueltas. Nos perdimos antes de llegar al restaurante que él había elegido. Comimos poco. Caminamos al auto. M me dio la mano. Y mientras abría la puerta como un caballero de otra época, tarareaba uno de esos boleros cursis, pero que contagian.
Me sentía cómoda, con alguna excusa M me invitó a su casa y dije que si.
Piso 11, iba delante y sentía como los ojos de M se iban apoyando en cada parte de mi cuerpo. Hasta se me puso la piel de gallina. El sirvió dos copas de vino. Yo había dejado en claro durante el almuerzo que prefería el tinto, pero no me quedó otra que pasarme al blanco, que se estaría enfriando en la heladera desde el momento que acepté la invitación.
Nos sentamos en un amplio sillón blanco. M vive solo y se nota. Casi no tiene muebles y las paredes están demasiado blancas y desnudas.
De repente me sentí dentro de una página en blanco, no quería cometer viejos errores, ni perder el tiempo, ni sentir que la vida pasa unos metros adelante. Había quemado etapas con toda clase de fuegos, estoy logrado educar a una hija al ritmo que postergo algunos sueños. Por apurada. Sé que muchas cosas me pasan por apurada. Pero tampoco quiero sentir que a la vida la voy dejado unos metros atrás.
M habló tan fuerte que las palabras rebotaron contra la pared.
- Sos hermosa!!
Y detrás de esa declaración, vino el primer beso. Que fue largo. A M le crecían los brazos para rodearme. Algo dentro me decía que no me estaba pasando nada, NADA. Ni la mejor flor, ni toda la galantería del mundo, ni siquiera la promesa del alma gemela, todo desaparece cuando no hay nada después del beso. Si detrás del arco iris se promete un tesoro, detrás del primer beso debería haber, al menos, otro beso. Y eso no me pasó. Y tenía tantas ganas de enamorarme!!.
Las cosas tienen un tiempo. Quizás M llegó antes, quizás después, quién sabe.
Y hay que aceptarlo, como se acepta la fecha de vencimiento de un frasco de mayonesa.
Lo abracé, le di un beso, puse punto y aparte, y me fui.
Y después, con media sonrisa, caminé hasta mi casa.